_El arte sanador de Lucía Vallejo
Lucía, nos gustaría que nos presentaras tu último trabajo, 'Our thoughts, our cages’, que expones en el Lazareto de Maó.
Se trata de una instalación que ha sido concebida expresamente para el espacio. El Lazareto de Maó era un lugar donde la gente, que venía en barco desde Sudamérica, tenía que hacer cuarentena. En las celdas, estaban los que llegaban enfermos e, incluso, había un foso para que no pudieran escapar. Es un lugar increíble, y nunca se ha utilizado todo este espacio para intervenirlo.
Para el título, recurrí a una frase de Virgina Wolf: 'The eyes of others our prisons; their thoughts our cages’. Aunque le di una vuelta y mi instalación se titula’ Our thoughts, our cages’, porque creo que, a veces, los artistas no expresamos lo que sentimos por miedo a lo que van a decir, a que la obra sea rechazada.
Esta es una instalación que no deja al espectador indiferente. Y eso es justo lo que intenta mi obra, que no quiere ser decorativa ni bonita, sino que busca hacer reflexionar.
Tu trabajo artístico dialoga con el espacio donde se expone. ¿Cómo lo consigue en esta ocasión?
Creo que tener buenas comisarias, como las que he tenido (María del Corral y su hija Lorena del Corral), me ha dado seguridad para poder sacar lo mejor de sí misma. Ellas me han ayudado a situar las piezas en los distintos sitios y a crear ese hilo conductor entre el espacio y mis piezas.
Por ejemplo, en todos los pozos, se han colocado las piezas de vidrio, que hablan de la vida y la muerte. Trabajo con lienzo y vidrio, algo que no hace ningún artista, porque el lienzo se quema con el calor del vidrio. Para mí esas cenizas representan la fragilidad del alma. Almas que están encapsuladas en vidrio.
"Lo divertido de esta exposición es que es una experiencia de casi una hora. No es una exposición, son muchas en varios espacios"
En el lugar en el que el cura impartía la comunión, decidí colocar un lienzo con pan de oro de 22 kilates al que añado pan de oro falso detrás. Con ello busco representar cómo, a veces, el ser humano intenta demostrar que está bien, pero que interiormente no lo está, algo muy relacionado con las enfermedades mentales.
Además, al final de la expo, en la torre de los secretos, están las mujeres en silencio, un homenaje a aquella mujeres que tenían que usar seudónimos masculinos para poder trabajar.
Lo divertido de esta exposición es que es una experiencia de casi una hora. No es una exposición, son muchas en varios espacios.
Hablando de vínculos con lugares… ¿Cuál es tu relación –personal, profesional e incluso estética– con Menorca?
Llegué a Menorca para veranear cuando tan solo tenía cinco años, por lo que asocio esta isla a la libertad, al bienestar propio de la infancia. Estética y artísticamente, la luz aquí tiene mucha fuerza, es muy especial. Pero también las rocas, los fósiles… Empecé haciendo fotografía, y veía cómo aquí el agua entraba en los huecos de las rocas, y pensaba que esas rocas eran las mejores esculturas que nunca había visto.
Decías sobre el arte: “Lo necesito tanto en mis buenos como en mis malos momentos”. ¿De qué manera contribuye en cada uno de esos momentos?
Creo que me aporta más en los momentos de sufrimiento, ya que logro sacar cosas muy fuertes y muy duras. Tengo más tendencia a crear en los momentos malos. Necesito el arte para desahogarme, para sacar el dolor que tengo y no sé cómo expresarlo. Por eso veo mucha conexión con artistas como Marina Abramovich o Frida Kahlo, quienes consiguen concebir arte del sufrimiento.
"Estética y artísticamente, la luz aquí tiene mucha fuerza, es muy especial"
A la hora de desarrollar tu lenguaje escultórico, utilizas telas, madera, vidrio… ¿Se puede decir que sigues un proceso más artesanal (trabajando con las propias manos) que escultórico?
He aprendido con restauradores, moldeo, y es cierto que el trabajo físico, artesanal es algo muy sanador y me relaja. Pero también me interesa mucho el concepto, expresar lo que siento. No pienso que una cosa sea mejor que otra.
Sueles comentar que en tu familia “no hay nadie que no sepa coger un lápiz”. ¿Cómo se ve y se interpreta la realidad dentro de ese ambiente artístico?
Estar en un ambiente que valora la parte creativa sin duda ayuda. Es cierto que en casa todos sabíamos dibujar y mi madre me ayudó mucho para desarrollar mi parte creativa. Era disléxica y estaba siempre en la luna, pero tuve la suerte de irme a Inglaterra y allí potenciaron mucho esa faceta creativa.
Lucía y sus rincones favoritos de la isla de Menorca
Un lugar donde perderse... En el norte de la isla. Y, concretamente, en el faro de Favàritx, donde el mar es tan salvaje, tan solitario, y tiene unos acantilados rocosos, casi negros…
Restaurantes preferidos.
Trébol (Carrer Moll de Cales Fonts, 43, Els Castell)
Ses Forquilles (Carrer de San Fernando, 12, Mahón)
Mestre d'Aixa (Moll de Llevant, 209, Mahón), con mejillones con curry que son espectacular.
Una receta. La langosta encebollada del Café Balear (Passeig des Moll, 15, Ciudadela)
Una tienda de moda y artesanía. Tembo (Pl. de España, 32, Mahón)
El plan perfecto… Pasear por el Museu de Menorca (Pla des Monestir, 9, Mahón). Estoy muy obsesionada con la Menorca Talaiòtica.
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