_Knight Frank anuncia el lanzamiento de Santa Isabel. Historia y vanguardia en el corazón de Madrid
Hay calles que dan prestigio a una ciudad y en Madrid, la calle Santa Isabel es una de ellas. Dicen que Teresa Mancha de Bayo, amante de Espronceda, vivía en esa calle. También en Santa Isabel se instalaron el Real Colegio de Cirugía de San Carlos, el Instituto Oftálmico o el Cuartel de Santa Isabel.
Por mencionar la oferta cultural, parece que Amores y Revueltas Liberales son buenos cimientos para disfrutar en el siglo XXI de la programación de la Filmoteca Nacional, instalada en el viejo cine Doré inaugurado en 1912 o de una mañana de tapeo en Mercado de San Antón. Con tal vitalidad, casi parece anecdótico que hoy la misma calle sea sede del Colegio de Médicos de Madrid, del Real Conservatorio de Madrid o del Museo Reina Sofía.
Arquitectónicamente, la recuperación del Palacio de Santa Isabel era un bonito reto y el resultado final añade prestigio a la calle y a sus residentes. Lo que hoy vemos como un edificio donde se posa la mirada lleva a cuestas unas cuantas historias desde el pasado siglo XVI. En 1850 formó parte de las propiedades del Barón de Lajoyosa, y posteriormente, pasó a ser el Colegio San Estanislao de Koska. Por eso, hoy en día es un edificio reformado, con un equilibrio perfecto entre historia y diseño vanguardista que ha dado como resultado unas viviendas admirables en pleno corazón de Madrid. Eso es un valor añadido.
El verdadero reto ha sido conservar la fachada del edificio y mantener la elegancia que define la personalidad de este edificio. La restauración ha ido de la mano del equipo de Touza Arquitectos, quienes gracias a su dilatada experiencia y talento han sabido fusionar pasado y presente. El pasado necesita las comodidades de nuestros días.
La rehabilitación de este edificio ha supuesto la demolición de algunas intervenciones no originales y la creación de zonas verdes interiores y un aparcamiento subterráneo. También se han recuperado los antiguos patios con sus fachadas y el formidable escalón para subir a los carruajes de antaño.
Lo realmente apasionante ha sido el trabajo del diseñador de interiores, Raúl Martins, el cual ha disfrutado en grande con la decoración, demostrándolo con un despliegue de contemporaneidad y buen gusto. El mármol, los colores pasteles y la naturaleza a través de preciosas plantas están presentes en cada nivel. ¿El resultado? Una serenidad natural que se palpa en el ambiente. Los colores nos recuerdan a las tonalidades del planeta.
En palabras de Raúl, "La decoración interior es armónica con el carácter abierto del edificio, con espacios donde se conectan los distintos usos de las viviendas de manera fluida. El colorido de los espacios es alegre, jugando con la abundante luz natural, transmitiendo optimismo y calma. La paleta de colores es fresca, y elegante, alternando tonos como el azul marino y el naranja pluma o el verde hoja y el mostaza. Se han incorporado detalles cuidados, como piezas escultóricas, porcelanas hechas por encargo o cuadros de autor. Con todo ello descubrimos espacios con aire trendy, fresco, colorista y actual, sin renunciar a su sobriedad ni marcado carácter".
Los arquitectos, en su búsqueda por lo innato, han creado -e incluido- espacios abiertos. Las zonas verdes dentro del conjunto residencial harán sentir a los residentes en un oasis de paz, donde es posible respirar el perfume de los cipreses y los madroños, en pleno centro de la ciudad.
"Afrontar la rehabilitación del Palacio de Santa Isabel ha supuesto para Touza Arquitectos un ilusionante reto en varios niveles. La azarosa vida del edificio que se remonta a más de 200 años atrás refleja la complejidad que tienen las obras de rehabilitación y más cuando se trata de edificios catalogados integralmente como es el caso” comenta el equipo de Touza Arquitectos.
El resultado final se transmite en el vivir de cada día. Si empezamos a hablar sobre los alrededores de la calle Santa Isabel, se nota la vitalidad de la zona sin haberse movido del lugar. Los restaurantes, con casi un siglo de historia, las tiendas gourmet del barrio y el cine Doré hacen de los alrededores de esta zona una de las mejores de la ciudad.
La gastronomía es parte del ADN madrileño y el Mercado de Antón Martín hace honor a nuestra buena comida y sus mejores vinos. Este mercado con un grandioso ambiente cada sábado por la mañana, forma parte de la zona. Las cazuelas del Plenti, y las diferentes y deliciosas tapas del Triciclo, pueden formar parte del itinerario de los residentes. Así como también, irse de churros por las mañanas a uno de los mejores locales de la cuidad: El Cholocat.
Sin ánimo de endulzar -aún más- la maravillosa sensación de vivir en el corazón de Madrid, hay que añadir la gran oferta de arte y cultura que ofrece la zona. Estamos en el “Triangulo del Arte” de Madrid, que une el Museo del Prado con el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofia, piezas imprescindibles de los alrededores de la calle Santa Isabel y sin duda, un alimento para el alma.
No olvidemos la cercanía con otros lugares de interés que merece la pena destacar. A tan sólo unos pasos de la estación de Atocha, lo cual le da acceso rápido y cómodo con el resto de las ciudades de nuestro país. Asimismo, el Parque del Retiro – y pulmones- de Madrid como también la única y tradicional Puerta de Alcalá, la Plaza de Cibeles, el Real Jardín Botánico, entre otros, componen de una elegancia y gentileza a esta zona emergente de Madrid.
Por suerte, la recuperación del Palacio de Santa Isabel es un buen ejemplo de cómo la huella original de una época inolvidable de nuestra historia se puede fundir con las necesidades de una vanguardia que necesidad integrarse en el corazón de la ciudad. Los números 21 y 23 de la tradicional calle Santa Isabel son un referente.
Para más información, por favor, contacte con:
Alejandro Rodriguez de Azero, Prime Residential Consultant, Knight Frank +34 600 919 045