_Los Jerónimos: la excelencia tranquila
Pocas veces un restaurante refleja tan bien el espíritu de un barrio como Viridiana, en la calle Juan de Mena. En una mesa “discuten”, entre susurros, algunos miembros de la Real Academia de la Lengua. En otra, un antiguo entrenador de fútbol, campeón de la Copa de Europa, que se encuentra en Madrid para recordar sus años más felices cuando era vecino del barrio, disfruta del aperitivo. Y, al fondo, una pareja curiosea la carta con desgana porque el genial cocinero Abraham García, le va a preparar “algunos caprichos” en la cocina. Así es la vida cotidiana en el Barrio de los Jerónimos. Discreta y elegante; sofisticada, pero con confianza. Por eso es uno de los mejores barrios de Madrid. Para algunos afortunados, el mejor.
Esta estupenda vivienda se sitúa en un enclave inigualable: a un paso de El Retiro, en un edificio clásico de 1900, ha sido totalmente reformada conservando la elegancia de los elementos clásicos tradicionales. Dispone de tres balcones en fachada principal y una distribución confortable a la parque práctica.
Limitado por la calle Alcalá, la avenida Menéndez Pelayo y el Paseo del Prado, su frontera natural es el Parque del Retiro de Madrid, para muchos el mejor parque urbano de Europa. Ocio, historia, deporte y cultura con forma de jardín. Sin duda el pulmón verde de la ciudad.
En efecto, los Jerónimos conserva intacta esa reputación cortesana que le presumimos a una de las zonas más valoradas de la capital. Un lugar en pleno corazón de una capital europea, pero a la vez alejada del bullicio y el ruido de ciertos barrios de otro pelaje. Una de las mejores zonas residenciales de la ciudad, en suma, pero también un lugar con múltiples sorpresas e identidad propia que da la bienvenida al visitante.
Calles como Antonio Maura, Montalbán o Alfonso XII tienen esa atmósfera de los barrios buenos donde no hay que contar quien es el vecino, porque todo el mundo lo conoce. Tener el Hotel Ritz a unos metros, el Edificio de la Bolsa de Madrid al final de la calle o los Museos de Artes Decorativas o Naval casi cruzando la calle, pone en valor cualquier inversión.
Por supuesto, la presencia de un verdadero monumento histórico como el Parque del Retiro es un punto a favor: sus 118 hectáreas de bosques y caminos perfectamente conservados colaboran a convertir a Madrid en una rara avis dentro de las atribuladas capitales europeas. Considerado Bien de Interés Cultural, nuestro Retiro fue fundado en 1630 y en sus recodos y prados hay una buena dosis de historia nacional, al margen del foco de atracción turística y, por supuesto, la pura diversión para todo madrileño medianamente orgulloso.
El Barrio de los Jerónimos puede presumir de albergar al menos otros dos iconos culturales. Aunque la Puerta de Alcalá es, de hecho, mucho más que eso. Estamos ante todo un icono cultural de la capital de España, una alegoría de su identidad, con sus virtudes coronando la estructura y sus gloriosos escudos. Carlos III quiso edificar la Puerta como un símbolo de su primera entrada a Madrid, al tiempo que la otra cara representa el adiós al visitante que parte hacia un nuevo destino.
La otra cita obligada de los Jerónimos es el glorioso Museo del Prado, verdadera leyenda entre leyendas museísticas a nivel mundial. Una institución devota del arte clásico que complementa perfectamente la mayúscula ruta de museos que rematan el Thyssen y el Reina Sofía, solo que en versión clásica. Goya, Velázquez, el Greco, Tiziano, el Bosco o Rubens son siempre buenos vecinos y brillan con luz propia tras sus paredes, debidas en el edificio original a Juan de Villanueva. Es una visita obligada que traza una panorámica detallada de toda la historia con mayúsculas del reino.
Por supuesto que otro de los puntos cardinales del barrio es el Monasterio de los Jerónimos. Un monumento nacional con todas las letras. Erigido cuando las órdenes religiosas como la que nos ocupa tejían las entretelas del poder. Nos encontramos a los pies de una gloriosa construcción gótica con no pocas influencias renacentistas, que sin duda ayuda a dar mucho más que el nombre al barrio que nos ocupa. No es raro que sea un referente de las mejores bodas de la ciudad.
Que nos encontremos en unas manzanas netamente aristocráticas no implica que el barrio reciba mal a sus visitantes. Su distinguido porte se compagina con una vida interior y exterior rica que no excluye a nadie, porque, en caso contrario, Madrid perdería su carácter afable y abierto.
Hoteles de lujo, tiendas de cuidada sensibilidad y alguna tienda de barrio que no necesitan la etiqueta “gourmet”, porque han vivido siempre en la excelencia, también son buenos vecinos.
Estamos, hay que decirlo, ante un barrio con señorío y personalidad propia. Su ratio de bares es de los más bajos de Madrid, y esto es una novedad en sí misma. En efecto, las élites políticas y económicas del país se pelean por colocarse aquí, como también empresarios latinos o europeos que han visto en esta joya cultural la respuesta a todas sus necesidades. ¿Cuánto cuesta pasear tranquilamente por la zona de El Retiro? Caminar y disfrutar de la elegancia parisina de la Plaza de la Lealtad, las cercanías a la Puerta de Alcalá, o frente al Casón del Buen Retiro son el valor añadido.
Elegante vivienda de dos dormitorios, reformada en un estilo regio y de tonos suaves, donde conviven elementos arquitectónicos tradicionales con el diseño más moderno. Una tendencia que revela la cocina con muebles panelables y electrodomésticos de alta gama. La luz es protagonista en el salón, con dos grandes ventanales que dominan la estancia. La vivienda se ha dotado con sistema de alarma.
El lujo se vincula rápidamente con lo cortesano, con lo palaciego, con los infinitos pasillos de Versalles donde la perspectiva se pierde. Es la imagen del Grand Trianon el que se rememora al entrar a este suntuoso apartamento, exterior, ubicado en el mejor Jerónimos. El recibidor con damero de mármol blanco y negro y estuco en paredes da paso a un amplio salón inundado de luz y dividido en dos ambientes con salida a un balcón con vistas al Parque de El Retiro. Los dormitorios en suite, el principal con vestidor, aseguran privacidad y encanto a sus ocupantes. El precio incluye una plaza de garaje en el parking de residentes cuyo acceso peatonal se encuentra frente al portal del edificio, muy próximo a la vivienda.
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