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_El movimiento ‘minimalista’ se impone en la moda

La concienciación sostenible se ha instalado en el comprador de moda y se advierte la tendencia de las grandes marcas a satisfacer sus expectativas con colecciones eco
abril 23, 2019

Late la preocupación individual por el futuro del planeta. Cada vez más campañas, más imágenes y más marcas marcan el paso de la conciencia social por el medio ambiente. ¿Es el “stock cero” una utopía o una tendencia? 

La preocupación por la sostenibilidad ha provocado un cambio global en los hábitos de consumo. La existencia de nuevas demandas surgidas al calor de los compromisos en materia medioambiental, como el Acuerdo de París sobre el cambio climático, nos dibujan un nuevo tipo de consumidor: más exigente con sus compras, respetuoso con el medio ambiente y que prioriza la calidad y la sostenibilidad de un producto frente a otras consideraciones.

En este sentido, el sector del retail está dando respuesta. Cada vez son más las firmas de moda que apuestan por el reciclaje de artículos o la venta de productos de segunda mano. Zara, H&M y Mango son las más activas en esta línea. 

La iniciative "Join Life" de Zara forma parte de su compromiso social y medioambiental y ayuda a sus clientes a alargar la vida útil de sus prendas de una manera más fácil. 

Reciclaje de prendas, un compromiso ético de los grandes del retail

El mercado de segunda mano hace uso de la filosofía ecológica para colocar sus productos, antes lastrados por estar fuera de temporada o no ser novedad. La mercancía que antes era destinada a donaciones, ahora es un foco de atracción para grandes firmas del sector.

Importantes marcas de retail han visto un componente atractivo en el hecho de ofrecer a sus consumidores la posibilidad de deshacerse de sus productos de temporadas pasadas y de hacerlo de forma sostenible. H&M ofrece una bonificación de 5 euros de descuento por una bolsa de ropa entregada en tienda. Otras en cambio tienen acuerdos con ONG´s para reutilizar prendas, como en el caso de Zara, que tiene en vigor un compromiso con Cáritas para entregarle los artículos en mejor estado y reciclar el resto. Mango también dispone de contenedores de recogida de ropa en sus tiendas. Y en el ámbito internacional esta práctica se extiende a compañías de renombre como Stella McCartney, Reformation o Eileen Fisher. 

La colleción "Conscious" de H&M está fabricada con materiales obtenidos de manera sostenible. 

La posibilidad de hacer negocio con aquellos bienes que ya no utilizamos se ha ido extendiendo en los últimos años. Si antes no le otorgábamos valor a estos bienes, ahora incluso aumentamos nuestro patrimonio a través de su venta, una tendencia que aúna ahorro, sostenibilidad y aspiración. Diversas aplicaciones diseñadas a tal efecto como Wallapop, Vibbo, Poshmark… se han hecho un hueco en el mercado, ofreciéndose como intermediarios en la gestión de la compraventa de este tipo de productos. 

Minimalismo y segunda mano, una tendencia en auge

Esta filosofía se enmarca dentro del movimiento “minimalista (“less stuff, more experiences”) cuyo objetivo es pararse a reflexionar sobre el tipo de vida que llevamos y cómo nos afecta la cantidad de cosas y la falta de tiempo que tenemos para disfrutar. Está representado por Marie Kondo, empresaria de éxito y creadora del método Konmari, basado en desechar todo aquello que no nos hace felices; el proyecto “333” que reta a sus miembros a utilizar exclusivamente 33 prendas de ropa y complementos durante 3 meses, y el movimiento “tiny house” de casitas móviles prefabricadas con materiales sostenibles. Cada día aumenta el número de adeptos a esta forma de vida marcada por la vuelta a la sencillez, lo que implica cambios en los hábitos de consumo en el sector de la moda. 

La reconocida gurú del orden Marie Kondo ayuda a sus clientes a deshacerse de lo que sobra. 

Debido a esta filosofía, un nuevo modelo de retail basado en el mercado de ropa y complementos de segunda mano está emergiendo al calor de esta tendencia de vuelta a la simplicidad y a la sostenibilidad, ya que permite al consumidor cambiar de estilo sin preocuparse por cómo afecta esta actitud al medio ambiente. Esto supone un cambio de paradigma en el sector del fast fashion que atañe a la forma de concebir un negocio basado en la inmediatez y la novedad.  

El consumidor del presente ya no se conforma con un catálogo de productos y precios, sino que busca valores y experiencias con los que conectar. Este es el presente y futuro de nuestros hábitos de compra. 

Para más información, contactar con Sara Areta.