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_Private View 2019: Lord Andrew Hay y su visión sobre el suelo y el legado

En un extracto extenso de Private View, Lord Andrew Hay nos desvela una vida dedicada al sector inmobiliario y reflexiona sobre lo que ha vivido y lo que ha aprendido y lo que depara el futuro
octubre 14, 2019

A continuación se presenta una versión resumida de la entrevista de Andy Hay, el Director Global  de Residencial de Knight Frank, con James W Kerr, autor de bestsellers, asesor empresarial, conferencista motivacional y autor de Legacy. La entrevista narra la historia de Andy durante sus 38 años dedicado al mundo de los  negocios y nos expone su experiencia en el sector, sus reflexiones sobre el futuro de la compañía y qué es un legado al que aspirar. Para leer la versión completa de la entrevista, diríjase a la página 8 de la edición de 2019 de Private View.

Me encuentro con Lord Andrew Hay, Andy para los amigos, en el restaurante de la sede central de Knight Frank, en la calle Baker Street de Londres. Es un ambiente distendido en el que Hay puede hablar sin distracciones. Disfrutamos de una comida memorable mientras charlamos; platos y un vino excelentes para acompañar una conversación excelente. "Iba al colegio en un barco de pesca", comienza Hay. Empezamos bien. 

Se crio en la isla de Mull, parte de las islas Hébridas escocesas. Su padre era David George Montagu Hay, el duodécimo Marqués de Tweeddale; su madre se llamaba Dee. Es el cuarto de cinco hijos y tiene un hermano gemelo. Su hermano Hamish es anestesista y un condecorado teniente coronel de las fuerzas de reserva. "Estoy muy orgulloso de él, ha hecho grandes cosas", comenta. 

"Mi padre era la leche", sostiene Hay. Se escapó de Eton en 1938 para unirse a la marina mercante antes de que estallase la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, se alistó en la marina, "naufragó tres veces" y "una vez le hicieron prisionero de guerra" en Buenos Aires. Logró huir, robó un barco junto a un pequeño grupo de hombres y navegó hasta la libertad. Se retiró de la marina con 24 años convertido en teniente y en un héroe de guerra muy condecorado. 

Sin embargo, la vida como civil le resultaría aún más difícil. "Recuerdo un día que vino a mi colegio", cuenta Hay. "Apareció con un traje muy antiguo, estaba muy elegante, pero no podía permitirse comprar un par de zapatos nuevos, así que vino en pantuflas. Era un hombre increíble, pero Dios, ese momento me motivó. Ese día vi la luz". 

Lord Andrew ha heredado el orgullo y el empeño que hicieron de su padre un héroe de guerra. Sin un duro, estaba determinado a dejar huella, a marcar la diferencia y a ganar dinero. No sorprende, pues, que, como tantos escoceses antes que él, se sintiese atraído por las brillantes luces de Londres para buscar fortuna. Cuando llegó, se encontró con una agencia inmobiliaria a punto de convertirse en la fuerza motriz que es en la actualidad. 

 

Un Knight Frank centrado en los clientes 

"Tienes que ser proactivo. Estar por delante de la competencia. Ser estratégico. Has de ser previsor. Tienes que planificar. Tienes que adaptarte al cambio y ser ágil. Pero, lo que es más importante, tienes que poner a tus clientes en primer lugar, siempre. Te tienen que importar por encima de todo". 

Para este líder del presente, estar por delante de la competencia significa lidiar con problemas estratégicos clave, especialmente con el papel transformador de la tecnología en las empresas orientadas al sector servicios. "Hace tres años, la pregunta que siempre me planteaban era: "¿Existirán las agencias inmobiliarias en diez años? ¿Vamos a desaparecer? ¿Tendré trabajo?” Así que pensamos que sería bueno investigar el asunto». 

Todo depende de que los avances tecnológicos no eclipsen el factor humano. "Esta es nuestra filosofía", explica Hay. "Los inmuebles son una de las clases de activo más grande del mundo y, sin embargo, hoy en día sigue sin haber ni una sola plataforma inmobiliaria que domine a nivel global. La realidad es que el sector será mucho más eficiente gracias a la tecnología. Y nosotros queremos estar a la vanguardia de este cambio, queremos impulsarlo". 

La colaboración: un modelo de éxito

"Seguimos siendo una sociedad limitada", comenta Hay con orgullo, "nuestro increíble crecimiento se debe exclusivamente a capital privado. No tenemos deudas, ni préstamos ni accionistas externos. Nuestro punto fuerte son unos cimientos sólidos y el valor de la colaboración".

Durante los turbulentos años 80, mientras que unos fantaseaban con la idea de convertirse en los más grandes, Knight Frank se mantuvo fiel a sus principios. «Colaborar», dice Hay con ímpetu. "El secreto yace en la colaboración". Hace 15 años, todo el mundo optaba por las OPV, todos querían salir a bolsa. Ahora vuelve a estar de moda. Somos la consultoría inmobiliaria global e independiente más grande del mundo y creo que nuestros clientes lo valoran. 

"Este año, nuestra facturación será de casi mil millones de dólares estadounidenses. Los propietarios de la empresa trabajamos aquí y creemos que no tenemos el derecho a venderla. No solo estamos cosechando los frutos de las generaciones anteriores, sino que queremos asegurarnos de que las generaciones venideras también puedan beneficiarse. Invertimos constantemente en el futuro. Creemos en mejorar la empresa para los que vendrán después". 

Y, como no, el núcleo de la colaboración son las personas. "Nuestra empresa no solo intenta conocer el sector inmobiliario", explica, "intenta entender a las personas». Somos una compañía en el sector servicios y, para mí, los servicios empiezan por nosotros mismos. La manera en la que trates a las personas que trabajan contigo repercutirá en cómo ellas traten a los clientes. Así que, es importante hacerlo bien de puertas para dentro antes de hacerlo de puertas para afuera, y yo creo que nosotros lo logramos. "Nunca antes habíamos invertido tanto en las personas. Nosotros tenemos a “buenas personas haciendo un trabajo extraordinario para los mejores clientes con activos de clase mundial”.

El legado del Lord Andrew Hay 

"Se trata de ser un buen ancestro, de plantar árboles que nunca verás crecer», reflexiona Hay. «De dejar algo que pase de una generación a la siguiente. Esto significa que estamos invirtiendo mucho y no solo en tecnología, sino lo que es más importante, en nuestra gente. Estamos transformando la manera en la que trabaja una agencia inmobiliaria para centrarnos completa y genuinamente en el cliente, y esto nos guía como la estrella polar a la hora de decidir qué acciones tomar. El cliente como máxima prioridad, un asesoramiento fantástico y un servicio impecable: esa es nuestra cultura". 

Ahora, a punto de dejar Knight Frank , se prepara para dar el salto a su segunda carrera profesional. Darlo todo  Nuestro tiempo está llegando a su fin. Cuando nos levantamos para despedirnos, le pregunto por su familia. Dejo la pregunta más importante para el final. "Lo más increíble sobre mi mujer es que nos conocimos aquí hace 37 años" . Ella estaba trabajando de manera temporal y yo acababa de llegar. No la volví a ver en 26 años. 

Me casé con ella hace diez años y sigue pensado que soy el trabajador más novel de Knight Frank. Eso me encanta. Es una gran cura de humildad. "Mis hijos me llaman viejo gruñón" . Me llena de modestia, y eso es muy importante. Nuestras familias nos enseñan a ser humildes; algo muy positivo. "En Knight Frank somos como una familia», prosigue. «Pensamos como una familia y, de hecho, cuando tienes clientes que siempre vuelven, te conviertes en parte de su familia. Es algo muy especial". 

Tengo delante a un hombre marcado por su familia y que, a su vez, ha construido una familia memorable: una organización global, sí, pero también una red de clientes que confían en Knight Frank como fuente de información, de asesoramiento y de servicios de confianza. Un hombre cuyos principios de humildad, trabajo duro, compasión, colaboración y, sobre todo, de vocación de servicio hacia los demás le han ayudado a crear una empresa en la que las personas prosperan y en la que los clientes se sienten parte de la familia.