_El impacto a largo plazo del Covid-19 en las estrategias de workplace
El coronavirus ha tenido una gran repercusión en las estrategias de workplace de todo el mundo. A 10 de abril, se calculaba que una cuarta parte de la población mundial estaba afectada por algún tipo de confinamiento, con el fin de evitar el contacto en la medida de lo posible y frenar así la propagación del virus. En este contexto, las empresas pidieron a sus empleados trabajar desde casa, y muchas se vieron obligadas a replantearse radicalmente sus prácticas de trabajo, lo que ha aumentado su dependencia de la tecnología para comunicarse, colaborar y formarse.
En este contexto, las oficinas tienen que recuperar su papel o, más bien, asumir un nuevo rol importante para las empresas. Porque, ahora que poco a poco se recupera cierta normalidad y se empieza a regresar a los lugares de trabajo, vamos encontrando una nueva normalidad, pero ¿cómo será y por qué?
El distanciamiento social ha dado lugar al uso masivo de las videoconferencias. Las plataformas de colaboración para trabajar, como Microsoft Teams y Slack(entiendo que pueda ser algo utilizado en otros países pero no me suena de nadie que lo use en España, quizá podríamos por Zoom o decir que es a nivel internacional) , han aumentado exponencialmente su número de usuarios. También se ha acelerado el lanzamiento de nuevas actualizaciones, como el filtrado del ruido de fondo mediante la inteligencia artificial. Esta transición a la comunicación virtual ha sido más difícil para unas empresas que para otras, pero todas están registrando cambios culturales que implican una mayor normalización de las videoconferencias. Por norma general, esto será positivo. Los empleados ganarán confianza delante de una cámara y serán más tolerantes con las interrupciones de familiares, compañeros de piso y mascotas. Es posible que esos ecos de la vida privada de las personas nos permitan incluso conectar de forma más personal con compañeros y clientes.
Para muchos ejecutivos y directivos, la crisis del coronavirus supondrá un toque de atención sobre lo que se puede conseguir con sistemas de trabajo flexibles. Pese a las numerosas evidencias sobre su viabilidad, el concepto de teletrabajo siempre se había topado con una considerable oposición que ahora se ha superado. Ya sea con la adquisición de ordenadores portátiles para empleados o la compra de nuevas herramientas online, las empresas han permitido a sus empleados trabajar de diferentes formas que se mantendrán tras la crisis actual.
Aunque es demasiado pronto para predecir el impacto del coronavirus en el mercado inmobiliario, no hay duda de que las medidas adoptadas para mejorar el teletrabajo tendrán consecuencias. Hace ya tiempo que las empresas se vienen decantando por estrategias de workplace más ágiles, y el coronavirus ha acelerado esta transformación. Aunque muchos están deseando volver a la oficina, la posibilidad de viajar menos por trabajo y reducir los gastos inmobiliarios puede constituir una recompensa tentadora para muchos ejecutivos que actualmente están sometidos a enormes presiones económicas y financieras.
La oficina tendrá así un nuevo rol en el que será un espacio no al que los trabajadores “tengan” que ir, sino en el que “quieran” estar, para trabajar, aprender, desarrollarse y relacionarse con los compañeros. La gente quiere volver a la oficina porque es donde está la producción, la creatividad y, también, la cultura empresarial que permite hacer más grandes los valores de una compañía. A pesar de que el teletrabajo ha llegado para quedarse, la oficina estará más viva que nunca.
El aprendizaje en materia de espacios de trabajo es una actividad esencial para las empresas que ya estaban experimentando una transformación y el coronavirus ha venido a acelerar la migración a plataformas online. Por ejemplo, los profesionales que se dedican al aprendizaje y al desarrollo (yo lo sustituiría por “enseñanza”) están tomando medidas para ampliar sus capacidades en este ámbito, con distintas formas de impartir formación, como la emisión vía web, aulas virtuales, formación virtual y cocreación de contenidos. Ya sea dotando a los equipos de nuevas competencias o realizando ambiciosas transformaciones globales, las empresas no pueden permitirse el lujo de dejar en un segundo plano el aprendizaje en materia de espacios de trabajo.
La necesidad de adaptarse a la actual crisis mediante tecnología y programas de teletrabajo demuestra la importancia vital que reviste el aprendizaje online y la necesidad de seguir invirtiendo en esta capacidad. Estas inversiones mejoran las capacidades de aprendizaje de las empresas y se mantendrán tras la actual pandemia, lo que permitirá a las compañías reestructurar sus estrategias de formación, con novedosos programas y maneras de impartir cursos a largo plazo. Se impondrá, además una nueva forma de valorar a los empleados, que serán medidos por sus resultados y KPI’s y no por el presencialismo, y esto, sin duda, contribuirá también a dar un paso más hacia la convivencia entre el área personal y la laboral.
Para más información no dude en contactar con Daniel Díaz, consultor Global Corporate Solutions.